Decir que las fiestas navideñas influyen en todos nosotros y en lo que nos rodea puede resultar una afirmación redundante y de Perogrullo, pero ¿cómo afectan a las tradicionales tiendas de alimentación y a los bares ultramarinos?

Por un lado, apreciamos una mayor cantidad de productos apilados en despensas, escaparates, baldas y neveras. Fruto de la ley de la oferta y la demanda y de que las Navidades se caracterizan por una desaforada y continua ingesta, se multiplica el número de enlatados, embutidos, vinos y quesos en nuestros queridos colmados. Y aunque sabemos que no estamos descubriendo la pólvora, cabe resaltar que aquellos productos más cotizados y demandados son los productos del cerdo. Muestra de ello es Casa Palacios y sus magníficos jamones o La Artesana de Triana, donde se pueden adquirir igualmente chacinas y demás productos ibéricos de la sierra.escaparate_navidad_Casa_moreno_web.JPG

Otro de los grandes pilares de la gastronomía navideña son sus dulces ¿Qué sería de estas entrañables fechas sin ese dulzor continuo en nuestras papilas gustativas? ¿En qué otra época del año veríamos desfilar esos platos atiborrados de turrones, o nos destrozaríamos la dentadura con esas peladillas petrificadas que se cuelan en cada final de comida? Y por último, ¿cómo podríamos prescindir de mantecados, polvorones y otros miembros de la familia, que salen de sus cajas para coronar cualquier pantagruélica comida? Aunque este punto sería objeto de tesis doctoral, sólo mencionaremos algunos ejemplos que nos llaman la atención, como Ultramarinos Alonso y sus bombones de chocolate fino con higos y dátiles, o los mantecados La Perla de Antequera (elaborados a mano y envueltos en papel a la vieja usanza) de Casa Lucas, y como no, Casa Moreno y sus “emborrizados” (apostamos que muchos no sabéis lo que son). Como productos importados no podemos evitar hablar del roscón de reyes de que Productosdelasierra.com trae de Aracena, o del pan francés con el que Casa Paco agasaja a la feligresía de Los Remedios por estas fechas.

Un último apartado donde detenerse brevemente es el protagonizado por los vinos y demás bebidas alcohólicas. La Flor de la Sierra nos sorprendió con su escaparate atestado de botellas, al igual que La Escalera del Colmaito, que posee una zona dedicada a los mejores caldos. Y para licores, los de Casa Martín, en especial los aguardientes y anisados…menudas baldas!!escaparate_navidad_casapalacios_web.JPG

Los bares ultramarinos, a la par que introducen todos estos productos anteriormente citados, cambian las tapas, platos preparados y decoración de sus mostradores. En Triana, Casa Zapato o La Antigua nos pueden preparar un guiso festivo para un grupo de amigos o de trabajadores que deseen celebrar la recurrente e inefable “comida de Navidad”. Y La Antigua Abacería de San Lorenzo, año tras año se vuelca en la Zambombá de su barrio, demostrando su compromiso con la comunidad y vecinos.

Desde ultrasyrultras os animamos a salir a la calle y parar en cualquiera de estos ultras, ver sus magníficos escaparates decorados, entrar en la tienda, preguntar por algún producto de calidad que sepáis no vais a encontrar en vuestro supermercado más cercano, probarlo si es posible, y llevároslo a casa. Durante el proceso, sumergíos en la experiencia, explorad cada rincón con la vista, sentid los olores de la bodega, las salazones o los quesos, escuchad las conversaciones a un lado y otro del mostrador y sobre todo, disfrutad del momento.

Porque al fin y al cabo, tanto la Navidad, como el resto de nuestras vidas, se resume en pequeños momentos.

¡¡Felices Fiestas!!

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